Desgraciadamente, la ocupación de viviendas por parte de personas que quieren hacer un uso indebido de las mismas, es un problema muy serio para los propietarios de los mismos, pues ven cómo las rentas de alquiler no son satisfechas, y, además, ven cómo esa ocupación ilegal no solamente les genera perjuicios económicos, sino también a nivel psicológico. Además, ven que, a la hora de acudir a la Justicia y a los Tribunales, sus necesidades no se ven cubiertas, no se ven protegidos de cara a esta situación ante la lentitud de la Ley y la poca agilidad en lo referente a la legalidad. Los desahucios por falta de pago tardan mucho tiempo en resolverse.
La Justicia, por lo general, tarda mucho en juzgar a un inquilino ilegal ante ella, y, como decimos, puede ser un proceso costoso a nivel emocional y económico.
Debemos tener en cuenta que no solamente se trata de no recibir el dinero de una posible renta por alquiler, sino que tampoco, al haber personas dentro de nuestro inmueble, nos permite habitarlo a nosotros, que somos sus legítimos propietarios. Igualmente, es muy posible, de hecho, es lo más probable, que cuando recuperemos el control del piso o la casa, encontremos muchos desperfectos causado por los okupas, que han obviado por completo el mantenimiento del mismo, desperfectos a los que tendremos que hacer frente para poder hacerlo habitable. Por ese motivo, lo deseable y necesario para el propietario es que el pleito de desalojo se interponga a la mayor brevedad posible, y, aunque siempre podemos optar por la vía legal, siempre podemos recurrir a la vía extrajudicial, que suele ser algo más rápida.
También es verdad que el propietario siempre puede aducir que los derechos fundamentales lo amparan, pero, a decir verdad, meterse en el sistema puede hacer que el proceso se demore demasiado para lo que nos gustaría, dando casi más beneficios al okupa que al dueño de la vivienda.
Es por ello por lo que a la hora de intentar desalojar la vivienda podemos hacer otras cosas, como, por ejemplo, dificultar el acceso al piso o a la casa usando mecanismos como un vigilante de seguridad, de modo que, cuando los habitantes ilegales de la vivienda salgan de ella, no les permite volver a entrar a ella.
Se te puede pasar por la cabeza que, para intentar que se marchen de tu casa, les puedes poner las cosas un poco más difíciles, como cambiar la cerradura aprovechando que no están, pero es poco efectivo, pues con toda seguridad, forzarán la cerradura o romperán la puerta, lo que se sumará a la lista de desperfectos a los que deberás hacer frente. Tampoco es, para nada, buena idea cortarles los suministros, como la luz y el agua, pues esto es un hecho que, aunque parezca mentira, los inquilinos ilegales pueden denunciar, y te podría generar una sanción importante.
Desde luego, las leyes no están hechas para amparar al propietario.
Los juicios por desalojo tienen una misión principal y básica: hacer que el inquilino salga de la vivienda, y nosotros podamos recuperar el control de la misma, así como su uso y disfrute. Para conseguirlo es imprescindible interponer ante los Juzgados correspondientes la demanda a tal fin. Para conseguir la celebración de pleito desalojo es necesario que contemos con un abogado y con un procurador, para que nos puedan representar y garantizar nuestros derechos fundamentales.
También es posible, en el momento de cursar la demanda, realizar la reclamación de daños y perjuicios por la ocupación ilegal del piso o de la casa.
Por otro lado, no existe un plazo determinado para la resolución de un pleito de estas características, pues son muchos y muy variados factores y elementos los que entran en juego aquí, y todos ellos es necesario tomarlos en cuenta.
Una cosa que suele funcionar con los okupas es tratar de negociar con ellos su salida, o lo que es lo mismo, ofrecerles dinero para que se marchen de la casa, si aceptan la solución, perfecto, la resolución es mucho más sencilla, pero si no quieren, nos tocará esperar y ser pacientes. No nos quedará otra solución que ponernos en manos de la justicia, con todo lo que ello conlleva.
Si optamos por el camino de lo legal, hay trámites que tenemos que seguir sí o sí. El primer paso es poner la demanda. Como mencionamos antes brevemente, para interponerla en el Juzgado necesitaremos dos figuras legales, al abogado y al Procurador.
En un proceso legal de estas características es recomendable tenerlo todo por escrito, para poder usarlo a posteriori como una prueba, por lo que, antes de interponer la demanda ante la Justicia, es una muy buena idea, hacer un requerimiento para que los habitantes del inmueble desalojen por su propia voluntad la casa, y, si no se responde de forma positiva a ese requerimiento, quedará clara la intención de no querer marcharse, con lo que ya podemos interponer la demanda que ponga en marcha toda la maquinaria legal.
En los pleitos de este tipo necesitas autorizar al Procurador para que sea tu representante judicial, y esto lo hacemos usando un Poder Notarial, un documento que te puede costar alrededor de unos 40 o 50 euros y que es elemental para la celebración del juicio correspondiente.
Aunque la ley esté de tu parte, los okupas suelen tener mecanismos para defenderse, además lo hacen de forma muy efectiva, motivo por el cual es necesario que te pongas en manos de un buen abogado, a ser posible, que cuente con una dilatada experiencia en este tipo de pleitos y juicios, como los que te ofrecemos nosotros.
Si tuviéramos que darte una recomendación sería la siguiente: ármate de paciencia, y busca un equipo de auténticos profesionales que tenga la experiencia y los conocimientos necesarios en la resolución de estas situaciones, y que, además, sean capaces de acompañarte en un proceso de estas características aconsejándote en cada fase del proceso.
Estamos a tu disposición. Cuenta con nosotros.